Vivo en otro mundo. Trabajo en otro. No suelo identificar
cuál está sosteniendo a cuál. O qué personalidad a las demás. Lo que sí sé es
que escribir es una forma de supervivencia, y también una tragedia en sí,
revulsivo, medicina, pleonasmo.
*
Vivir en permanente estado de construcción me sigue
pareciendo coherente con mi causa.
*
Casi todas las personas que vienen por primera vez aquí
avanzan por ese pasillo cuando lo que quieren llegar es hasta el otro lado de
la letra, quiero decir, de la ca(u)sa.
*
“Si hay algo que detener es aquello que impidiendo la venida pueda
obstruir el por venir, traer la muerte, impedir la posibilidad de una llegada
otra, cerrar la apertura afirmativa para la llegada de (lo) otro, es decir
cerrar la experiencia misma”
***
Este último fragmento, una cita que Rebeca Yanke incluye al
final de su texto, es una clave para volver a leerlo todo. Escribir es
precisamente escribir, fotografiar, recordar,
leer… Todo lo mismo y distinto, todo un método, una búsqueda, un juego de
pistas para llegar a un cuenco comunicante: el lugar de la experiencia abierta.
La escritura comunicante, la fotografía comunicante, los ecos comunicantes, los
fantasmas que conforman nuestra experiencia. La escritura de Rebeca Yanke es
una labor metalúrgica. La construcción de cuencos de metal, vasos de metal, o
cristal, yo no sé, lugares de percusión. ¿Qué percute? La experiencia. No. Las experiencias.
La tuya, la suya, la mía, las experiencias. Experiencia en construcción. Más aún:
en auto-de-construcción. Hacer para deshacer y fotografiar los fantasmas del
proceso, un rastro. Ser de rastro. Ser rastro-ojo. En los vasos comunicantes nos
tejemos y destejemos. Esos vasos, esos cuencos de encuentros fugaces,
encrucijadas, son fantasma, imagen también. El encuentro es un fantasma.
Texto completo de Rebeca Yanke en Kokoro (http://www.revistakokoro.com/survie.html)
Imagen: Max Ernst, Vases communicants
qué la espiga haga revivir la memoria
ResponderEliminarqué la microascesis no sea solo la destreza de un juego
qué el pan leve el tiempo necesario
aunque tengamos que volver a expresar sin comprender
rastro
lugares no comunes y comunicantes
hermoso texto, me cobijo en él.