La metáfora del Texto es la de la red,
donde el modelo de esta nueva mimesis ya no es la aventura de un héroe, sino la
propia aventura del significante: lo que le sucede. (Roland Barthes)
Curiosamente, la red es también la metáfora de la visión biológica actual de los seres vivos. Un ejemplo significativo se detecta en las teorías organizativas neuronales con la que los médicos explican la estructura cerebral humana y animal. En A universe of consciousness, Edelman y Tononi dicen:
Curiosamente, la red es también la metáfora de la visión biológica actual de los seres vivos. Un ejemplo significativo se detecta en las teorías organizativas neuronales con la que los médicos explican la estructura cerebral humana y animal. En A universe of consciousness, Edelman y Tononi dicen:
Imagínese un cuarteto de cuerda muy peculiar (e incluso extraño)
en el que cada músico (cada neurona) tocara improvisando sobre ideas que se le
ocurren y otras intuiciones que le vienen de sí mismo, y también, al mismo
tiempo tocando basándose en toda clase de señales sensoriales que le vienen del
medio ambiente. En tanto que no hay ninguna instrumentación conjunta, cada
músico aportaría sus propios tonos característicos, que inicialmente no
estarían coordinados con los de los otros músicos del cuarteto. Ahora imagínese
que los cuerpos, brazos y piernas de los músicos están conectados entre sí por
una miríada de hilos muy finos de tal suerte que sus movimientos y acciones son
rápidamente comunicados entre ellos adelante y atrás a través de las señales
que proporcionan los cambios de tensión de los hilos que los conectan, marcando
simultáneamente los tiempos de actuación de cada músico. Las señales que
instantáneamente conectan a los cuatro músicos darían lugar a una correlación
de los sonidos que emiten sus instrumentos; y así frente a los esfuerzos y
sonidos independientes hechos por cada músico emergerían sonidos nuevos, más
cohesionados y más integrados. Este proceso de correlación también alteraría la
próxima acción de cada músico y de esta forma el proceso se repartiría pero
emergiendo nuevos tonos que incluso serían todavía más correlacionados. Aun
cuando no habría ningún director que dirigiera o coordinara el grupo y cada
músico seguiría manteniendo su estilo y su papel, la producción de los músicos
en su conjunto tendería a ser más integrada y más coordinada, y tal integración
tendería hacia un tipo de música mutuamente coherente que cada músico tocando
solo no puede producir.
Otro ejemplo de otro ámbito distinto –aunque probablemente
no tan distante– es la concepción que del tejido del universo propone la
astrofísica actual. Paul Davies, en El
universo desbocado, afirma:
Creo que tanto la analogía del cuarteto musical como
la del globo evocan a fin de cuentas la metáfora de la red: el rizoma –según la
terminología deleuzeana. Entender las conexiones neuronales y las galácticas en
fuga rizomática asimila estas disciplinas –llamadas científicas– al arte, la
filosofía, la antropología, etc. (y viceversa). Quizá esto demuestra que tanto unas como otras son inventos
humanos y como tales se encuentran íntimamente ritmados en el curso de sus
devenires y de sus descubrimientos.
Se tejen de acuerdo a sus respectivos lenguajes de comprehensión pero según un
mismo paradigma epistemológico. Se expanden en una textualidad donde los
presupuestos de astronomía pueden entenderse como una cita de los neurológicos, éstos como cita de los filosóficos, éstos como cita de los artísticos… en definitiva, todos como citas en un sentido (no unidireccional
sino) interconectado.
Imágenes:
El bosque
azulado. Reconstrucción tridimensional digitalizada de las redes neuronales
Células del sistema nervioso cerebral
Red de filamentos uniendo galaxias y cúmulos
Metamorfosis (Nocturno), Manuel Rivera
Reticulárea cuadrada, Gego
lola
¡Cuántas cosas sobre las que detenerse a pensar!
ResponderEliminarEl relato de Edelman y Tononi explica un proceso de autoorganización, fundamentalmente una reducción de las dimensiones (una línea de segmentación), en el plano psicológico sin caer, al menos directamente, en una sustancialización del sujeto "mental". Eso está bien, pero lo hace desplazando el problema a una teoría del homúnculo; con lo que reintroduce la sustancialización del sujeto a otro nivel. Del relato retengo la idea de una multiplicidad irreductible y la línea de segmentación que organiza el deseo molecular en sujeto deseante. Pues si bien se reduce la dimensión de las conexiones en el plano celular (o biológico), a su vez se compone una organización en el plano psicológico de control que coincide con la idea de formaciones deseantes.
El texto de esta entrada, si no me equivoco, se mueve entre los polos de micro y macro-organización. No sitúa en ese dilema de los niveles de análisis: selección del plano, recorte de esto o de lo otro. Planos que no se excluyen unos a otros necesariamente, que normalmente se cruzan, se solapan, etc. A cada plano unos ritmos de variación de aquello que atrapan. Con mayor claridad, no es que el plano subsista y atrape, sino que la variación de las velocidades de las líneas y sus interconexiones y desconexiones crean esos efectos, los fenómenos si lo referimos a la percepción. Ritmos de variación siempre situados en una polaridad, en su corte y la contraparte de la fuga o desbordamiento. Todo esto pretende ser cualquier cosa menos una metáfora. No hay línea de fuga sin organización (no hay desterritorialización sin territorio, obvio) fuga que lleva a nuevas organizaciones y que las desborda; me parece que se trata de una potencia infinita.
Efectivamente los relatos científicos que tratan de asignar conceptos a sus construcciones, sea recurriendo a la analogía o no, desbordan la ciencia y dejan de ser ciencia, aunque sean científicos dados los agentes de enunciación y el objeto que les sirve de inspiración. A fin de cuentas la ciencia no puede permitirse contenido ni sentido en sus enunciados, puesto que su tarea esencial consiste en neutralizar el sentido (el contenido y lo concreto) en forma de matemas y ecuaciones (relaciones cuantitativas puras).
Me encantan estos territorios que se van produciendo en Internet y tocan temas para mí tan interesantes.
Un placer
Precesión del perihelio,
EliminarMuchas gracias por tu apasionado comentario. Debo confesar, sin embargo, que no he entendido algunas de las ideas que has expuesto. Por ejemplo, no entiendo en qué sentido la teoría de Tononi y Edelman significa, para ti, la construcción de un sujeto deseante. He leído tu argumento varias veces pero no sé cómo interpretarlo.
Para mí, Edelman y Tononi hablan de un proceso cerebral, es decir, de las relaciones entre las neuronas a un nivel físico. Las conexiones neuronales, según ellos, no funcionan alrededor de un centro, no hay una neurona-origen que mande órdenes al resto, sino una particular relación de independencia y autonomía simultánea entre todas ellas, la relación de la red. ¿Cómo llegas a la idea del sujeto deseante? Me encantaría que me lo explicaras.
Estoy contigo en que las citas escogidas tratan de mostrar una misma organización que funciona tanto a nivel micro (el cerebro) como macro (el cosmos). Creo que entre estas dos visiones sí se establece una relación de metáfora. Se puede entender que la visión de la estructura neuronal es una metáfora de la del cosmos y viceversa, porque el cerebro según los neurólogos se organiza como si fuera el universo y, a su vez, el universo según los astrofísicos se organiza como si fuera el cerebro.
¿Por qué dices que “Todo esto pretende ser cualquier cosa menos una metáfora”? ¿En qué sentido lo dices? Para mí, todo esto pretende ser una metáfora.
Te ruego que perdones mis preguntas que no son más que síntomas de mis limitaciones.
Un abrazo
Intentaré abordar, así por encima, la cuestión del sujeto deseante.
EliminarPrimero, en la explicación de Edelman y Tononi se supone una voluntad a cada neurona: "en el que cada músico (cada neurona) tocara improvisando sobre ideas que se le ocurren y otras intuiciones que le vienen de sí mismo". Lo que se pretendía explicar se da por explicado de entrada. A esto me refería con la teoría del homúnculo.
Vayamos al tema de la producción del sujeto o de la subjetividad propiamente. El proceso de autoorganización, que E&T explican de forma oblicua (mediante una metáfora que a mí me parece que oscurece o, cuando menos, confunde), produce un orden emergente: "un tipo de música mutuamente coherente que cada músico tocando solo no puede producir". Es decir, emerge una subjetividad (un orden de control) una unidad o un todo que es más que la suma de sus partes. Unidad emergente que en este caso que implica cualidades psicológicas; otro plano incorporal de materialidad. ¿Qué explica la emergencia? nada, es un salto cualitativo instantáneo que, además, supone la aparición de un nivel jerárquico. Para mí esto es un error fundamental. ¿Por qué el sujeto deseante y su locus de control? Porque es el fenómeno macro que se pretende explicar, el contexto de la interrogación (que además se da por entendido o el sentido de la metáfora sería manifiestamente un sinsentido).
Dices "un proceso cerebral, es decir, de las relaciones entre las neuronas a un nivel físico", esto se podría aplicar a un proceso de autoorganización como la convección que da lugar a las celdas de Bernard o a la reacción BZ, porque el orden que producen se mantiene dentro del mismo ámbito material; pero no a las disposiciones deseantes y del pensamiento que suponen otro ámbito bien distinto y además irreductible a otros (aquí es donde se trate de analizarlo desde la inmanencia o desde la trascendencia sin pasar por una "explicación" emergentista que no explica nada). Luego tenemos (aunque la metáfora de E&T no lo recoja explícitamente) la supuesta relación de causalidad entre dos cursos relacionados por leyes causales, a saber, lo psicológico y lo físico, que queda intacta. Y esto es también un error tremendo, la madre de todos los reduccionismos y sustantivaciones del problema mente-cuerpo, que conduce a preguntas equivocadas. No hay causalidad alguna entre dos mundos subsistentes, tampoco reducción de uno al otro, sencillamente son dimensiones dadas a la observación (un recorte) de la misma materialidad, eso sí dimensiones irreductibles entre sí (para entendernos podemos decir, por ahora, vivencia interior y descripción electroquímica exterior).
Respondiendo al tema de la metáfora, me refería a todo eso de los planos, los diagramas (más que redes), etc. No pretenden jugar a los espejos sino intervenir en lo existente de manera directa, otra cosa es que lo consigan, eso ya depende de lo que haga cada cual con sus herramientas.
La fuente del problema son mis deficiencias expresivas, no te quepa duda. Trato de corregirlas pero aún me queda mucho.
;)
Gracias, Perihelio.
EliminarHe leído con atención tu comentario. Lo seguiré leyendo para sacarle todo su jugo.
Un saludo!
Texto apasionante. Una galaxia lenticular que sirva de escenario para una música de rizomas sin fin, donde el centro creador se desplaza, desplazando la noción de base, experimentando la resonancia, no el eco, no el muro. Así es imposible discernir aquello que es producido por nosotros, tal vez intuirlo. El rizoma deleuziano busca el dinamismo que determine el linaje, habla de fragmentos extraños, aleatorios y sin sentido único. “El sentido interconectado” me temo fallido pues creo son términos adversos. Aprehender(se) en la red, es abandonar(se) en la relación. Inventar, es una manera de fijarse, constituir o establecer. Menguar, por repetición, sentir, por semejanza. La naturaleza antropocósmica tiende a la dispersión, el inconsciente que albergamos, o bien, en el que moramos, tiende a sobrepasar la experiencia, a zafarse de la máquina, de la red. Ubico entonces, un no-lugar. Percibo el abrevadero en otro lugar y no en la red, si no en el silencio. No fiarse de unos signos, palabras, y como dice Pizarnik en un texto suyo “la conciencia del fuego apagó la de la tierra”. Pienso también en una obra para cuarteto “a love supreme” sacando mechas de luz del cuévano. En el (nocturno) metamorfosis de M. Rivera. En el bosque azulado de una cálida estrella joven, en la constelación de Virgo, Spica. Estrellas, formadas desde la rotación de nubes de polvo, otras redes. Otros silencios. Es emocionante observar cómo el aspecto sidéreo encuentra su medida en el cerebro humano. Es nuestra casa. Las citas deberían ser los tránsitos, la fluctuación ritmante sin convenio. La idea raigal está de más, los planos de composición que maniobran no se deben a un plan constitutivo. Es imposible no ver aquí la relación entre la red y la espiral. La sucesión interminable de líneas(verbos) que se abren, líneas o carcasa como en el caso del nautilus. El tejido conjuntivo? Abrir(se) en procura de un centro, de una exterioridad gravitacional. No con-formarse con el consumo-vestido de las palabras, la asignación mimética de una némesis. El afán de incremento(arte) no podría ser más que un modo de acercamiento, liberar la propiedad del sustantivo, la identidad de lo ya pensado para calmar esa angustia del ser-incompleto, formándose. Dentro de la poesía azteca hay un verso, que menciona Alejandra en el mismo texto al que hice referencia antes, que dice: “y era nuestra herencia una red de agujeros”. La colonización exterminó aquel “nuevo mundo” cortando, envenenando, las cabezas de un hombre que miraba al cielo y a las estrellas con amistad. Nuestra sociedad, hoy, sufre el síndrome del eclipse, usa la red por ejemplo para que un periódico chino reparta cámaras digitales a repartidores de pizza para que cubran el “acontecimiento”. Para que una caricatura impresa en Dinamarca encuentre al instante su respuesta en las embajadas. Para que los gritos de los corredores de bolsa se confundan con los gritos de líderes sindicalistas. Una civilización que destruye civilizaciones sólo le queda destruir individuos. Cercar mentes. “Los dinamismos espacio-temporales configuran el movimiento de la dramatización” G.Deleuze. Menos mal.
ResponderEliminarPerdón por mi divagación Lola pero ha sido mi manera de leer tu texto, una manera de aproximarme a él.
Abrazos.
“El inconsciente que albergamos, o bien, en el que moramos, tiende a sobrepasar la experiencia, a zafarse de la máquina, de la red. Ubico entonces, un no-lugar. Percibo el abrevadero en otro lugar y no en la red, sino en el silencio.”
EliminarPara mí no hay nada fuera de la red (en definitiva, del lenguaje). La red desmonta los sentidos de fuera y dentro, y pensar en aquello que queda fuera, aquello que se zafa de la red o que así lo intuimos es también una de las posibilidades de la red, del lenguaje. Considero que el silencio, aquello a lo que otorgamos el sentido del silencio, es a fin de cuentas un significado también construido por el lenguaje. El lenguaje y el pensamiento nos permiten deducir que hay cosas que escapan a ellos. Sentimos las palabras como representaciones de lo real, pero ¿dónde queda lo real? Para mí, “la realidad” es también una construcción lingüística: el nombre que damos a una idea que el propio lenguaje nos permite pensar, por tanto, su “esencia” (si me permites esta palabra tan poco adecuada aquí) es también lingüística.
“Es imposible no ver aquí la relación entre la red y la espiral.”
Estoy completamente de acuerdo contigo. La espiral y la red comparten la ausencia de centro, de principio y de fin. Son formas “anti-metafísicas”.
Cierto que entender el mundo como un red también permite sus perversiones, de las que vemos ejemplos (lamentablemente) a diario. Para mí, sin embargo, la red y la espiral serían modos (como también la metáfora o la comparación) de entender el mundo a partir de sus infinitas conexiones, una manera de entenderme a mí misma como una encrucijada de trayectorias, un espacio para la compasión (cum-pathos): sentir en mí lo otro, a los otros (personas, animales, cosas, fenómenos). Descargarme de yo y beber en el nosotros.
Abrazos!!
Los presupuestos de astronomía son cita de los neurológicos y estos de los filosóficos y estos etc., es decir, las distintas ciencias también están dispuestas reticularmente, pero esto es así porque el ojo está preparado para verlo así. Son nuestros ojos los que interpretan el mundo desde la intertextualidad porque nos ha crecido un nuevo órgano de percepción que descodifica los estímulos externos y los ordena de esta manera -podríamos llamarlo "el riñón de Barthes" o "la glándula bajtiniana". De la misma forma, sólo somos capaces de ver los colores que nuestros ojos son capaces de ver. Así, yo no lo llamaría "invención" sino constitución de nuevos órganos de percepción -los cuales tienen una finalidad, que es seguir siendo tiempo y por tanto pálpito, cuerpo renovándose.
ResponderEliminarPor otra parte, yo últimamente prefiero pensar más en una realidad yuxtapuesta que reticular ya que la yuxtaposición, a diferencia de la red, es el peso, la vivencia y la transformación de la materia, aspectos tan físicos que no pueden caer fuera de ninguna ciencia porque sería dejar de lado la mortalidad y nuestras afecciones, es decir, nuestra única posibilidad. En el lenguaje, la yuxtaposición es el dolor y el contacto íntimo de la semántica, su sedimentación. Pienso por ejemplo en el lenguaje de Celan que no es red sino capas de sedimentos, estratos de piedra y sentido.
Me viene a la cabeza la frase de un relato de Cortázar que quizá tenga que ver con la yuxtaposición: "a mí también me duele".
Te abrazo fuerte y gracias por esta entrada.
Ana,
EliminarMe detengo en tu comentario y lo amaso pacientemente. Aprendo.
Creo que entre la retícula y la yuxtaposición existe una relación muy estrecha. La red quizá se pueda entender como una yuxtaposición ad infinitum de elementos simétricos, fractales, a veces incluso, de partículas casi fractales o casi idénticas, como sucede en las obras de Gego (sugiriendo así que la red es un espacio de ensayo para la diferencia en la repetición).
La sedimentación y los estratos son posibles en la red cuando ésta no crece únicamente siguiendo ejes bidimensionales sino creando multidimensiones. De este modo incluso podríamos entender que la red contiene en sí múltiples redes todas ellas también conectadas por yuxtaposición. Es como imaginar la arena de una playa, imaginar los lazos invisibles que permiten unir y al mismo tiempo separar cada uno de los granos que forman la arena. La arena sería, de algún modo, la red y los granos funcionarían como los elementos iguales pero distintos yuxtapuestos dibujando relaciones cambiantes entre ellos (debido al agua que se filtra, el viento que sacude, etc.).
Pienso, por ejemplo, en los poemas de Olvido García Valdés. La yuxtaposición organiza los versos de cada uno de los poemas y los poemas entre sí. La yuxtaposición es el engranaje hermenéutico de su escritura. El título “ella, los pájaros” me sugiere: ¿ella Y los pájaros?, ¿ella O los pájaros?, ¿ella COMO los pájaros? ¿Qué relación es la que establece la coma? La yuxtaposición es una relación que intenta escapar de sí misma. Como poner en paralelo. Las líneas nunca se tocan. Pero en la yuxtaposición sí se tocan, las cosas yuxtapuestas son contiguas, la contigüidad es como una membrana de unión y a la vez de rechazo. La yuxtaposición: el tacto.
Para mí, los poemas de Olvido G. Valdés están unidos en su desunión, y así entiendo en su escritura la yuxtaposición. Entiendo, sin embargo, que es una red, una red escapista de sí misma, pero una red. Una red que no yuxtapone piezas idénticas sino piezas donde la segunda contiene también en sí la primera, donde la tercera contiene las dos primeras, donde la primera recoge las últimas (y entonces ya no hay “primera” ni “última”, sino red). Una red, por tanto, de sedimentos, de estratos.
Por otra parte, pienso que la mirada y el órgano para la visión son lo mismo. Quiero decir con esto que una ligera modificación de la mirada significaría una modificación del órgano y viceversa. No sé qué llega antes, si el ojo bizco o la mirada que bizquea. No entiendo que exista una relación de causa-efecto. Entonces, ¿la construcción de un órgano precede al surgimiento o invención de una nueva mirada? Aún más: ¿es distinto decir la “invención” de una mirada a la “constitución” de un órgano?
Un placer encontrarnos aquí.
En ningún momento he pretendido moverme entre opuestos, no quería establecer ninguna oposición entre estructura reticular y estructura yuxtapuesta. Lo único que pretendía era dar un matiz movida únicamente –aunque tal y como lo voy a decir parezca extraño- por mis tripas. Me parecía que la yuxtaposición –o al menos a mi estómago se lo parecía- ponía un contacto, una implicación e incluso una verdad –por favor, que nadie piense que digo “verdad” como “verdad” sino únicamente como la punta del bastón o mejor dicho la punta de mi pie- que la estructura reticular omitía o al menos dejaba en segundo plano. La sensación de peso y esfuerzo del peso me parecía que tenía que nombrarse porque nos sucedíamos. Claro, como bien indicas tú y también ha visto Stalker, puede darse el caso de una estructura reticularmente yuxtapuesta, aunque tengo la sensación –de nuevo mis tripas- que no podemos olvidar la superficie sobre la que todas las capas se depositan, la cual no es ni mucho menos un “centro” –no pretende retornar a un centro torpemente disfrazado- sino una línea que se plegará y malformará capa a capa –quizá lo que queda cuando no queda nada, esa deformación.
EliminarDe igual manera, tampoco quería oponer “invención” de “constitución de un órgano”, fue otra vez mi estómago. A veces soy un poco bruta.
Te abrazo otra vez -con yuxtaposición y reticularidad
Ana,
Eliminarcreo que es necesario escuchar al estómago, al pie e incluso te diría que al intestino (las tripas dices tú), como hacía Artaud. Escritura y pensamiento como excremento, quizá como el residuo que tú apuntabas en la primera entrada...
Creo que al fin hablamos (retícula/yuxtaposición, invención/constitución)de lo mismo, o prácticamente de lo mismo.
Recibe un abrazo fuerte
el mundo como un texto de interconexiones múltiples, estratificadas, tanto si es descubierto como creado (todo descubrimiento sería, también, una creación, pues algo nace y se mueve en los ojos que desvelan) apuntaría a la ausencia de centro psicológico, perceptivo, "religioso", existencial... el rizoma sería una herramienta política para descentrar las verdades patriarcales, frenar la metástasis de las esencias y crear, o descubrir, un mundo de flujos, una serie de procesos, indeterminación o mutación permanente de lo que llamamos realidad o mundo... no sé si el rizoma equivaldría a un instrumento revolucionario "femenino", si podría equipararse a la estructura de un matriarcado (frente al jerárquico mundo masculino del Occidente depredador), o si la red, la metáfora de la red que teje el mundo, sería más bien el residuo epitelial de lo neutro, poema del andrógino o fuego impersonal... entiendo lo neutro como algo estratificado, yuxtapuesto y también reticular (a diferencia de Ana, no creo que retícula y yuxtaposición se opongan: una red puede tener capas, flujos múltiples de sentido; las maravillosas obras de Manuel Rivera serían ejemplo de esto último: retículas geológicamente sedimentadas, placer de las metamorfosis, madriguera-mundo)...
ResponderEliminarme ha interesado muchísimo la idea de que las diversas especialiades, científicas y artísticas, lo descodifican todo en función de un mismo paradigma comprensivo; cada época instauraría, así, sus metáforas, que construirían el espacio hermenéutico -texto- de su tiempo; la transición de un paradigma a otro se operaría por el cambio sutil o drástico de metáforas o universos metafóricos (la relatividad trajo consigo un cambio de lenguaje respecto a la física clásica, y lo que quiera que sustituya a la relatividad y a la lectura mecanocuántica de los procesos microcósmicos traerá consigo sus metáforas, que ahora nos parecerían ininteligibles o acaso poéticas...)
Quedaría la pregunta siguiente: si el mundo es un tejido, una cadena de diferencias intertextuales sin centro reconocible, ¿qué queda fuera de texto? ¿Cuál es la metáfora de los márgenes? ¿Hay algo realmente impronunciable o la red se propone como instancia que todo lo abarca y es, por lo tanto, omnipresente? Y si así fuera, ¿"de lo que no se puede hablar, hay que callar"? ¿Habría una metáfora para el silencio, para ese asombro último en los límites de lo pronunciable?
preguntas que quizá no tienen respuesta pero multiplican las estrategias arácneas, las lúcidas lecturas posibles, el delicioso vértigo de esa extrañeza permanentemente renovada que llamamos existir...
fantástica entrada, sutilmente tejida y cantada...
un abrazo
“no sé si el rizoma equivaldría a un instrumento revolucionario "femenino", si podría equipararse a la estructura de un matriarcado (frente al jerárquico mundo masculino del Occidente depredador), o si la red, la metáfora de la red que teje el mundo, sería más bien el residuo epitelial de lo neutro, poema del andrógino o fuego impersonal...”
EliminarMe quedo con esto porque resulta sumamente interesante para mí. Creo que relacionar la red con una racionalidad “femenina” frente a la racionalidad masculina (cuya forma seguramente sería la del árbol) es un movimiento que no escape a la propia racionalidad, al mundo de las ideas. Si hay una racionalidad masculina es lógico pensar que hay un opuesto, el otro elemento de la dicotomía, y que por tanto no escapa del sistema, al contrario, lo reafirma. Sin embargo, pensar, no en la oposición que supondría un pensamiento “femenino” frente al “masculino”, sino en la disolución de ambos, en su invalidación, eso abre posibilidades más sugerentes. Frente a la idea de los géneros (masculino y femenino), lo neutro, algo fuera de las categorías. Pero, ¿qué es lo neutro? Es difícil definirlo porque ya no hay espacio para las definiciones cerradas.
Barthes, en “El placer del texto”, habla de “la escritura en alta voz”. Entiendo esta forma de escritura, ya no literatura ni siquiera escritura sino voz, como un espacio neutro. Dice Barthes:
“Si fuese posible imaginar una estética del placer textual sería necesario incluir en ella la escritura en alta voz. Esta escritura vocal (que no es palabra) no se practica, pero es sin duda la que recomendaba Artaud y la que solicita Sollers. Hablemos de ella como si existiese.
En la Antigüedad, la retórica comprendía una parte que ha sido olvidada, censurada por los comentaristas clásicos: la actio, conjunto de recetas específicas para permitir la exteriorización corporal del discurso: se trataba de un "teatro de la expresión", el orador-comediante "expresando" su indignación, su compasión, etcétera. La escritura en alta voz no es expresiva, deja la expresión al feno-texto, al código regular de la comunicación. La escritura en alta voz pertenece al geno-texto, a la significancia, es sostenida no por las inflexiones dramáticas, las entonaciones malignas, los acentos complacientes, sino por el tono de la voz, que es un mixto erótico de timbre y de lenguaje y que como la dicción también puede ser la materia de un arte: el arte de conducir el cuerpo (de allí proviene su importancia en los teatros de Extremo Oriente). Considerando los sonidos de la lengua, la escritura en alta voz no es fonológica sino fonética, su objetivo no es la claridad de los mensajes, el teatro de las emociones, lo que busca (en una perspectiva de goce) son los incidentes pulsionales, el lenguaje tapizado de piel, un texto donde se pudiese escuchar la textura de la garganta, la pátina de las consonantes, la voluptuosidad de las vocales, toda una estereofonía de la carne profunda: la articulación del cuerpo, de la lengua, no la del sentido, la del lenguaje. Un cierto arte de la melodía puede dar idea de esta escritura vocal […]. Que la voz, que la escritura sean frescas, livianas, lubricadas, finalmente granuladas y vibrantes como el hocico de un animal para que logre desplazar el significado muy lejos y meter, por decirlo así, el cuerpo anónimo del actor en mi oreja: allí rechina, chirría, acaricia, raspa, corta: goza.”
(continúa)
Me quedo también con otra de tus aportaciones:
Eliminar“cada época instauraría, así, sus metáforas, que construirían el espacio hermenéutico -texto- de su tiempo; la transición de un paradigma a otro se operaría por el cambio sutil o drástico de metáforas o universos metafóricos”.
De hecho, no sólo cada época instaura sus metáforas, incluso, cada cultura las crea.
Carl Sagan, en “Cosmos”, explica que las constelaciones reciben nombres distintos. Por ejemplo, la Osa mayor es, en China, la constelación del Burócrata Celeste y para los egipcios fue una procesión formada por un toro, un hombre o un dios horizontal, y un hipopótamo con un cocodrilo a cuestas. Cada uno ve en las estrellas lo que conoce.
Un fragmento del mito esquimal de la creación dice:
“El Cuervo Creador miró al Hombre y se sorprendió de que este extraño y nuevo ser fuera tan parecido a él.”
El mundo cambia al ritmo al que nuestras metáforas epistemológicas se transforman. ¿Qué es entonces el mundo?
Todo esto es fascinante, ¿no crees?
fascinante en grado sumo... seguiremos atrapados en el vértigo de este asombro y esta intensa gravitación: la curiosidad...
Eliminarun abrazo!
Unos fragmentos que tal vez nos sirvan para alejarnos de los desplazamientos del significante/significado sobre el vacío (o lo Real inalcanzable de Lacan) que opera la máquina estructuralista:
ResponderEliminarComo dice Bakhtine, mientras que la lingüística extraiga constantes, continúa siendo incapaz de hacernos comprender cómo una palabra forma una enunciación completa; hace falta un “elemento suplementario que permanece inaccesible a todas las categorías o determinaciones lingüísticas”.
Habría una máquina abstracta de la lengua, que no recurriría a ningún factor “extrínseco”. Cuando el cuchillo penetra en la carne, cuando el alimento o el veneno se extienden por el cuerpo, cuando la gota de vino se vierte en el agua, se produce una mezcla de cuerpos; pero los enunciados “el cuchillo corta la carne”, “yo como”, “el agua enrojece”, expresan transformaciones incorporales de naturaleza completamente distinta (acontecimientos). Pero la paradoja no tiene valor si no se añade con los estoicos: las transformaciones incorporales, los atributos incorporales, sólo se dicen y no se dicen de los propios cuerpos. Son el expresado de los enunciados, pero se atribuye a los cuerpos. Y no para describirlos o representarlos, pues éstos ya tienen sus cualidades específicas, sus acciones y sus pasiones, sus almas, en una palabra, sus formas, que a su vez son cuerpos –¡y las representaciones también son cuerpos!–. Si los atributos no corporales se dicen de los cuerpos, si cabe distinguir lo expresado incorporal “enrojecer” y la cualidad corporal “rojo”, etc., es, pues, por otra razón que la de la representación. Ni siquiera se puede decir que el cuerpo, o el estado de cosas, sea el “referente” del signo. Expresando el atributo no corporal, y atribuyéndolo al mismo tiempo al cuerpo, no se representa, no se refiere, en cierto sentido se interviene, y es un acto de lenguaje.
Un agenciamiento de enunciación no habla “de las” cosas, sino que habla desde los mismos estados de cosas o estados de contenidos. Como consecuencia, un mismo x, una misma partícula, funcionará como cuerpo que actúa y sufre, o bien como signo que produce un acto, una consigna, según la forma en que esté incluido (como ocurre en el conjunto teórico-experimental de la física). En resumen, la independencia funcional de las dos formas sólo es la forma de su presuposición recíproca, del paso incesante de la una a la otra. Nunca estamos ante un encadenamiento de consignas, y una causalidad de contenidos, cada uno válido de por sí, o uno representando al otro y el otro sirviendo de referente. Al contrario, la independencia de las dos líneas es distributiva, y hace que un segmento de la una releve constantemente a un segmento de la otra, pase o se introduzca en la otra.
(... continúa)
(... continuación)
ResponderEliminarBajo su aspecto material o maquínico, un agenciamiento no nos parece que remita a una producción de bienes, sino a un estado preciso de mezcla de cuerpos en una sociedad, que incluye todas las atracciones y repulsiones, las simpatías y las antipatías, las alteraciones, las alianzas, las penetraciones y expansiones que afectan a todo tipo de cuerpos relacionados entre sí. Un régimen alimentario, un régimen sexual regulan sobre todo mezclas de cuerpos obligatorias, necesarias o permitidas. Incluso la tecnología se equivoca al considerar las herramientas por sí mismas: las herramientas sólo existen en relación con las mezclas que ellas hacen posibles o que las hacen posibles. El estribo entraña una nueva simbiosis hombre-caballo, que entraña a su vez nuevas armas y nuevos instrumentos. Pues las herramientas son inseparables de las simbiosis o alianzas que definen un agenciamiento maquínico. Naturaleza-sociedad. Presuponen una máquina social que las selecciona y las incluye en su filum: una sociedad se define por sus alianzas y no por sus herramientas. De igual modo, bajo su aspecto colectivo o semiótico, el agenciamiento no remite a una productividad de lenguaje, sino a regímenes de signos, a una máquina de expresión cuyas variables determinan el uso de los elementos de la lengua. Y como las herramientas, esos elementos no tienen valor por sí mismos.
No basta con tener en cuenta el significado, o incluso el referente, puesto que las mismas nociones de significación y de referencia todavía tienen que ver con una estructura de expresión que se supone autónoma y constante. De nada sirve construir una semántica, o incluso reconocer ciertos derechos de la pragmática, si se las sigue haciendo pasar por una máquina sintáctica o fonológica que previamente debe tratarlas. Pues una verdadera máquina abstracta se relaciona con el conjunto del agenciamiento: se define como el diagrama de ese agenciamiento. No es lingüística, sino diagramática y sobrelineal. Ni el contenido es un significado, ni la expresión un significante, sino que los dos son las variables del agenciamiento. Nada se avanza mientras que no se relaciones directamente las determinaciones pragmáticas, terminaciones pragmáticas, pero también semánticas, sintácticas y fonológicas, con los agenciamientos de enunciación de los que dependen.
Perihelio,
EliminarGracias por traer esta cita.
Desde mi punto de vista, sin embargo, el estructuralismo no opera sobre el vacío. Este concepto se desvirtúa, precisamente, en la cadena o red (finita pero ilimitada) de desplazamientos de los significados/significantes.
No sabría ubicar esa desposesión del lenguaje Lola. Fuera?… allá dónde se proyecta la imagen que intima con el origen, dentro? Pero sí creo en el no-lenguaje asequible, encerrado dentro de un mapa de signos. Ese no-lenguaje sería por-venir, no dicho ni pensado. Acá podríamos usar la lectura de Proust, ese nocturno que se entrega trasmutando en relato su individualización. Cuyos centros son multiplicadores, dinámicos concebidos con la autoimplicación propia del hablante/escribiente. Traspasar la experiencia sería ser la experiencia por y en la experiencia. Creo que ni si quiera el arte valdría. Disolver la subjetividad atañe a pocos, y tal vez sólo a la escala de, a la escalada de los locos. Leo a stalker y percibo que sería grato poder redefinir la red para no esquivar los poderes, las bases de dominación. “las perversiones diarias”. Lo irracional sujeto a lo racional. La red no es vista como un nido (qué arte el de un nido de un pájaro) o como una concha de un caracol crece, pues nos queda lejos la primitividad, no somos , por institución, separamos pensamiento de experiencia, prevenimos (qué bello en cambio para un alma sensible escuchar el silencio de un nido). Entre paréntesis pongo aquello que no puedo o me es imposible de expresar, con una metáfora. Afuera, intento mientras digo, ser, proveer de imagen, aquello sin intimidad, sin timé( el laudo que baña la autoestima) otro timé, perdonad si no he dicho correctamente el vocablo. Percibo entonces que las metáforas entonces han dejado de instrumentalizarse en el páramo filosófico y en cambio, se siguen aplicando en sociología, lingüística y sus herederas naturales con un inconveniente, por ejemplo, las especulaciones sobre una buena Sociedad hacen de lo metafísico algo físico. La conciencia del fuego, apaga el fuego. Lo que le sucede al héroe, su aventura del texto es la experiencia. ¿Qué queda fuera del texto, stalk?. La literatura. Cada vez estoy más convencido de su valor saludable, llevo muchos años que me dedico mucho más al ensayo, al pensamiento, pero creo que aquellas lecturas formaron, propiciaron un vacío desde el que resonar mejor, posiblemente. Mi exaltación ahora mientras escribo es más debida a la retícula camaleónica cortazariana que a un Marcuse pongo por caso. La inteligencia abstracta no me tranquiliza. Necesitaríamos como dice ana hidalgo “nuevos órganos de percepción” para hacer partícipe el margen. El poder occidental y patriarcal condensa el silencio y lo rompe con palabras grandilocuentes intentando ser una sola palabra que signifique todas las demás. El psicoanálisis por ejemplo es una máquina perfecta para impedir el habla, suprime, canaliza en un carrusel marginal los sedimentos del lenguaje, aquello que interpreto de ana hidalgo cuando habla de la yuxtaposición y Celan.
ResponderEliminarDesconfío por tanto de la instauración de un código a una época. Las condiciones que hacen el saber en una época, lo plasman y determinan vienen dadas con la instrumentalización, el orden de una representación, una taxonomía del significado mediante el “agenciamiento”/taxidermia como creo dice Perihelio. Tal vez sumergirse en las sombras de los malditos significantes sea la mejor arma para escapar del significado, de su luz cegadora. Sumergirse en el cosmos, del pre-sentido no como dulce ocupación, sino como condena. Destejer aquello que durante el día… , deshacer para guarecerse en lo pequeño, en el refugio del despojo, en el pájaro pintado en la coraza de la tortuga, en el pálpito solitario aquí tejido por nosotros con el hiato de las palabras…
“Un mundo nunca poseído que hay que crear, leyéndolo, reviviendo, individualizándolo. Así la lectura del signo, su transmutación en relato, es algo exigido por la contemplación fugitiva de la imagen. Pero no para sustituirla sino para elucidarla, desplegar su contenido y mostrar su sentido” Jorge Larrosa.
Saludos cantados.
cc Rider:
Eliminarme quedo con tus palabras del final: "deshacer para guarecerse en lo pequeño, en el refugio del despojo, en el pájaro pintado en la coraza de la tortuga, en el pálpito solitario aquí tejido por nosotros con el hiato de las palabras…"
Para mí eso se encuentra en la retícula, en algunas retículas que construimos como nidos y refugios, tal vez ésta donde nos encontramos sea una... kokoro, un ovillo; un ovillo también es una red