Al regresar, regaló varias placas de vidrio
que en el Polo encendían una linterna mágica.
Las imágenes son unas raras criaturas vivas, sobreviven las lámparas de aceite,
las incandescentes, las fotografías y el cinematógrafo.
Divisaba ballenas con los ojos cerrados,
sentado en el borde de piedra de la cama.
Desenterraba de la nieve la comida del día, con su pala obstinada de ponernos a salvo.
Cuando estallaba la tormenta, se reía,
por eso sedujo al capitán y subió al barco.
Lloro porque te amo,
porque en puntas de pie
pegué mi cara alerta a los temblores evasivos de tu sombra
derramada en las sábanas antiguas
colgadas de una cuerda en el jardín.
Froto la tela gastada con jabón
para que salgas
pero no sales de la tela donde estás,
detenido.
Debo empequeñecerme un poco más.
Lloro porque te busco la boca y no la encuentro.
No vengas a buscarme cuando me crean muerta, no me esperes tangible y definido,
vela por mí mientras soplo y proyecto
tu imagen en la copa de los árboles.
Porque no estás dormido, corazón,
mi memoria se agita y parpadea
como si fuera el ojo de una linterna mágica,
te libera y te incita a moverte entre termómetros clavados en un poste que se hunde en el hielo.
Los pájaros polares te escuchan tocar
It’s a long way to Tipperary,
me hago tarjeta postal, hilo y aguja,
para coserme a tu niebla, para hablarte,
ovillada y deshecha en una línea,
en el brevísimo país de un intervalo.
Mariel Manrique, "Grace Muriel Hellstrom/ La omnipresente / Mis lobos"
texto completo, aquí
mariel
toca. mucho. para kokoro 2 en tres asuntos...
poemas
que leemos mientras nos gira adentro. atiende el pormenor de una vida,
la de
cada lector.
leemos
y pertenecemos. no hay sombra.
intersticios.
meollo.
pone
un fantasma
al
fantasma.
observa
reacciones y convierte la quimera del lector en posibilidad real
ahora
tenemos tres peldaños menos.
alisa
los pliegues de esas sábanas con extrema ternura.
mariel
manrique acaricia más acá de todo.
es tu
turno, lector/a
siente
tu propio escalofrío...
Imagen: René Magritte
.
gruño hasta que sólo apetezca decir eso como palabra. gruño fantasma Mariel. en la copa de los árboles.
ResponderEliminarcon Mariel aprendemos a perdernos en bosques australes. no hay miedo y el bosque es gozo e incluso los arañazos de las zarzas son una ocasión para el descubrimiento y la progresiva animalidad del pensamiento salvaje...
ResponderEliminarun abrazo y otro
no han hecho más que cubrirme de amor desde el primer día. mi corazón, por carácter transitivo, fue adoptando la forma de lo que me han dado. ahora soy, entonces, y por obra y gracia de ese amor de ustedes que trasciende escuelas, monedas e industrias, mucho mejor de lo que he sido. y todo lo que soy dice gracias y extiendo mi cuerpo y ya no duele.
ResponderEliminarMariel genera en mí una especie de contemplación ante el fenómeno natural que es ella. Su poesía, su suprema inteligencia, su delicadeza, todo el ser que la respira, son apenas destellos de algo mayor que es ella y que mi limitado ser apenas vislumbra con dificultad, con gratitud asisto a sus epifanías.
ResponderEliminarUn amoroso abrazo, Mariel
El título de esta entrada es "Te quiero" porque cuando Mariel apareció en nuestra vidas hace varios años todos aprendimos a amar un poquito más.
ResponderEliminarte queremos, mariel / te quiero, mariel.
ResponderEliminarMariel es sentir que con escritoras como ella se está haciendo una nueva cultura. hay cosas indestructibles que acompañan el cuerpo. hay verdadera naturaleza rugidora dentro y está viva. Ana lo dice tan exacto con sus bellísimas palabras!
ResponderEliminarun beso enorme Mariel!
Los poemas de Mariel siempre me hacen pensar en una punción (aquí, la del miedo) y en un espacio dilatado y amplio en el que se desarrolla un relato. El relato de una donación y de una pérdida. Ella acaudala y enumera, pule los tesoros que nombra (eso sucedía también en el poema que escribió para el primer número). A menudo Mariel me hace pensar en otra poeta, como ella guerrera, como ella exploradora y buceadora de naufragios,de imposturas, de doaciones, que es Adrienne Rich, también creadora de algunos poemas-relatos que se hienden tranversalmente en la madeja de lo histórico. Mariel es generosa y nos hace pertenecer, nos conduce con su mano, por todas sus líneas que sabe nombrar con rara exhaustividad. Porque si "Las imágenes son unas raras criaturas vivas", ella las revive y nos la cede en su escritura. A Mariel siempre hay que agradecerle. Estar, desgranar,contar, escribir.
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