Giambattista Vico rechaza las tres populares
interpretaciones del espíritu poético, que consideraba la poesía o bien como
una ingeniosa expresión popular de conceptos filosóficos, o bien un divertido
entretenimiento social, o una ciencia exacta al alcance de cualquiera que
poseyese la receta. La poesía, dice él, nació de la curiosidad, hija de la
ignorancia. Los primeros hombres tuvieron que crear materia con la fuerza de su
imaginación, y “poeta” significa “creador”.
La poesía fue la primera operación de la
mente humana, y sin ella el pensamiento no existiría. Los "bárbaros", incapaces
de análisis y abstracción, debieron utilizar su fantasía para explicar lo que
la razón no podía comprender. Antes de la articulación viene la canción; antes
de los términos abstractos, las metáforas. El carácter figurativo de la poesía
más antigua debe ser contemplado no como una sofisticada repostería, sino como
la evidencia de un vocabulario comido por la pobreza y la inhabilidad para
conseguir la abstracción.
La poesía es esencialmente la antítesis de la
metafísica: la metafísica purifica la mente de los sentidos y cultiva la
descorporeización de lo espiritual; la
poesía es todo pasión y sentimiento y anima lo inanimado; la metafísica es más
perfecta cuanto más concierne a los universales; la poesía cuanto más concierne
a los particulares. Los poetas son el sentido, los filósofos la inteligencia de
la humanidad. Considerando el axioma de los escolásticos: “Niente è nell´intelleto che prima no sia nel senso”, Vico sigue
diciendo que la poesía es la primera condición de la filosofía y de la
civilización.
***
Su tratamiento del origen del lenguaje avanza
en líneas similares. Aquí rechaza de nuevo los puntos de vista materialista y
trascendental: el uno declaraba que el lenguaje no era más que un simbolismo culto y trascendental; el otro, desesperadamente, lo describía como un regalo de los dioses. Como antes, Vico es el racionalista, sabedor del natural e inevitable desarrollo del lenguaje.
En su primera forma muda, el lenguaje fue gesto. Si alguien quería decir "mar" apuntaba hacia el mar. Con el desarrollo del animismo, este gesto fue reemplazado por la palabra. "Neptuno". Dirige nuestra atención hacia el hecho de que cada necesidad de la vida, natural, moral y económica, tiene su expresión verbal en una u otra de las 30.000 divinidades griegas. Este es el "lenguaje de los dioses" de Homero.
Su evolución a través de la poesía hasta ser un vehículo altamente civilizado, rico en términos abstractos y técnicos, fue tan poco fortuita como la evolución de la sociedad misma. Las palabras progresaban tanto como las fases sociales. "Bosque-cabaña-aldea-ciudad-academia" es una progresión brusca. Otra: "montaña-llanura-orilla". Y cada palabra se expande con psicológica inevitabilidad. Tomemos la palabra latina "Lex".
1. Lex = cosecha de bellotas
2. Ilex = árbol que produce bellotas
3. Legere = recolectar, cosechar, recoger
4. Aquilex = el que recoge las aguas
5. Lex = el que las personas se reúnan, asamblea pública
6. Lex = ley
7. Legere = reunir letras en una palabra, leer
Así, la raíz de cada palabra, cualquiera que sea, puede ser remitida a algún símbolo prelingüístico. Los primeros hombres, incapaces de concebir la idea abstracta de "poeta" o "héroe", denominaron a cada héroe que siguió al primer héroe, a cada poeta que siguió al primer poeta. Así Vico afirma la espontaneidad del lenguaje y niega el dualismo poesía y lenguaje.
Del mismo modo la poesía es el fundamento de la escritura. Cuando el lenguaje consisitía en gestos, lo hablado y lo escrito eran idéntica cosa. Los jeroglificos o "lenguaje sagrado", como él lo llama, no fueron una invención de los filósofos para la expresión misteriosa del pensamiento profundo, sino una necesidad común de los pueblos primitivos. La conveniencia solamente empieza a afirmarse en una etapa mucho más avanzada de la civilización, en forma de alfabetismo.
Aquí Vico, implícitamente al menos, distingue entre escritura y expresión directa. En cada expresión directa, forma y contenido son inseparables. Ejemplo de ello son las medallas medievales que no llevaban ninguna inscripción y fueron testimonio mudo de la debilidad del alfabeto escrito convencional: y los emblemas de hoy en dia.
Y lo mismo que con la Poesía y el lenguaje ocurre con el Mito. El Mito, según Vico, no es ni expresión alegórica de axiomas filosóficos generales, ni un derivado de pueblos particulares, como por citar un caso los hebreos o los egipcios, ni tampoco la obra de poetas aislados , sino una manifestación histórica de hecho, de fenómenos actuales contemporáneos; actuales en el sentido de que fueron creados sin ser necesarios por mentes primitivas, y firmemente creídos.
Sabemos que los creadores de esos mitos creían absolutamente en su valor nominal. Júpiter no era un símbolo, era terriblemente real.
[Extractos de Dante...Bruno. Vico...Joyce. En "Detritus", Samuel Beckett. Edición y traducción de Jenaro Talens. Tusquets 2001]
Pepe Maiques
de encina a leer en cinco pasos, tiene sentido
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