Inanna y Zu-en. Cuando la escritura era decir y repetición (II)






Balbale a Inanna
¡Vaca del agradable mugido, ternera del mugido lejano,
Señora que te hallas en el establo,
virgen, tú eres la barbuda!
¡Inanna, debes hablar a la mantequera,
a la mantequera debe hablarle tu esposo!
¡Inanna, debes hablar a la mantequera,
a la mantequera debe hablarle Dumuzi!
¡Inanna, (…),
deja que emprenda por ti el agitar de la mantequera,
Inanna, deja que lleve alegría a tu espíritu.
“Habla a la mantequera sagrada, le diré,
a Ninegal quiero alegrarle el espíritu.”
El honrado pastor, el hombre de la dulce canción
entonará la canción con gran voz.
¡Señora, que con toda cosa, con toda cosa agradable,
Inanna, deja a tu corazón ser feliz!
Señora, cuando entres en el establo,
Inanna, el establo se alegrará contigo.
Hieródula, cuando entres en el redil,
Inanna, cuando entres en el redil, el redil se alegrará contigo.
Cuando entres en el Esirra,
con mi mano te extenderé la lana de las ovejas madre.
Tu esposo Ama-ushumgal-anna,
en tu santo seno […] diga.
El santo redil hará durar la manteca,
el pastor hará abundante la manteca, hará abundante la leche.
Inanna, que tu espíritu te haga ser feliz.
El santo redil hará durar la manteca para ti.
Para el rey, el elegido de tu corazón,
para Dumuzi, el hijo de Enlil,
decretará (producir) manteca y leche en la Casa del establo,
decretará órdenes de abundancia en el redil.
¡Prolonga los días a Ishme-Dagan,
que la oveja madre críe con cuidado a su corderillo!
¡Que pueda admirar a mi esposo!










Balbale a Zu-en

¡Cómo multiplica las terneras, cómo las multiplica!
¡El establo, Zu-en, qué numeroso lo vuelve!
Las negras son semejantes al color del lapislázuli,
las terneras blancas son como el resplandor de la luna cuando surge.
Las pequeñas, como el grano, abundan a tu alrededor,
las grandes, como toros selváticos, forman una vacada a tu alrededor.
La manada de ganado en el repleto establo,
-una alegría celeste- ha liberado sus cuerdas.
La leche de sus hermosas vacas él vuelca sobre la mesa,
allí la han llevado manos puras.
Después que “Mi rey” ha cumplido su trabajo,
Zu-en libera a su ganado de la cuerda de lapislázuli.
El ganado se acuesta, el ganado se duerme,
él vigila, como buen pastor, su ganado.
La madre, la Señora Nippur,
dirige un ruego al Señor en su lugar de pastoreo:
“Un ruego, oh pastor, (escucha) mi ruego:
Congrega el ganado en un buen pastizal,
que por la noche pueda estar a salvo,
que, en el Ekur, la casa preciosa, pueda criar para ti.”
Él es, en verdad, el amado; sí, él es el amado,
el Señor es, en verdad, el predilecto del Ekur;
él es la delicia de Enlil,
Zu-en es, en verdad, el grito de júbilo de la madre que lo ha engendrado.
La madre, la creadora, por el amor hacia él,
habla a Zu-en con dulzura:
“¡Amor de mi corazón, tú eres aquel que me apacigua mi ánimo,
Zu-en, lúcido becerro, crecido sobre mis rodillas puras,
cualquier cosa que tú tengas en tu mente,
cualquier deseo por más costoso que sea,
[…] sin dudar, tú, honor del Ekur,
sobre las rodillas de Enlil, exponlo de modo claro!
¡Ojalá puedas causar delicia en el cielo,
que el Ekur haga sentir el (grito de) júbilo por ti!
¡Vida, que para ti cante el pueblo!
¡Zu-en, sé soberano en el cielo y en la tierra!”.
La leche de sus hermosas vacas  él vuelca sobre la mesa de las ofrendas,
Zu-en ha seguido los ritos de purificación.
“Toda cosa hecha por mí es espléndida,
que mi padre Enlil se alimente de ofrendas exquisitas.”
Al rey, “espléndido ma-gur” que recorre el cielo,
la madre, alegre, habla en tono gentil:
“Novillo mío, que An ha escogido como decidida voluntad,
tu nombre es estimado en todos los países ,
Señor del santo establo, que das lustre a los ritos,
(eres) la vida de la mansión pura, la cuerda de lapislázuli.”
Hijo, héroe, [nacido de] Ninlil,
Nanna, (destinado a la) llanura, preferido del puro An.
El pastoreo del país, el puro An te ha confiado,
Enlil te ha impuesto un hermoso nombre:
Tú eres la “Palabra fiel”, hijo de Enlil,
An en su amplio corazón te ha confiado el gobierno de la región.
Como tu ciudad ha escogido Uruk […],
te ha dado un noble río, peces y pájaros.
¡Tú eres un dios, que en el cielo está rodeado de la fascinación,
tu luz lunar es clara, es resplandeciente!
¡Como el sol tú eres pastor del país,
para Nanna, el rey, brilla la luz (como para) Utu!








Textos: Himnos sumerios. Estudio preliminar, traducción y notas de Federico Lara.

Imágenes: representación de la diosa Inanna, Venus de Willendorf (22.000-20.000 años a. de C.) y dos representaciones del dios Zu-en.

Inanna, también llamada Ninegal entre los sumerios, fue, para los babilonios, la diosa Ishtar.
Zu-en, para los sumerios, fue Sin o Nanna más tarde en Babilonia.
Ma-gur es un tipo de barca. Zu-en, dios de la luna, era imaginado como una barca que recorría el cielo.
Balbale es una clase de himno. Se cree que era un canto hablado con acompañamiento musical.

 



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Sobre este blog

Este es el pequeño álbum de recortes de la Revista Kokoro, dirigida y editada por Laia López Manrique, Lola Nieto y Antonio Rodríguez [Stalker].