La madera y el pájaro carpintero



     Ciocânitoare, por Òscar Solsona (enlace a revista Kokoro, aquí)





     ciocânitoare
[ pájaro carpintero]

 el cuerpo de las cosas. una silla. construir la silla. sentarse en ella. que ella se asiente en nuestro esternón. como el zigzagueante caer de una hoja en el cuerpo del suelo. sustrato. el concepto no. espíritu de silla o materia prima. materia prima viva. proyección. respeto. construir para que el árbol viva en la silla. silla igual madera igual árbol igual de niño me subía a los árboles para pensar tranquilamente. pensar no. vivir pensar. activar eso. carpintero no sino pájaro carpintero que deshaciendo madera hace árbol. hueco. romper la idea de silla. sentarse en la madera que vive en la silla que dice árbol.

como el zigzagueante caer de una hoja en el cuerpo del suelo. sí, nosotros. nuestro cuerpo. la silla entra en yo-apaciguado. no la silla - lo que es silla, lo que es árbol y vive en ella-nosotros

es vital la impecabilidad del carpintero que no es carpintero sino que actúa y vive como silla lo que en él es pájaro carpintero. abolición de oficio y maldad. el maderero no es un matador de árboles. no debería serlo. las sillas que así no... nunca ofrecen descanso ni contemplación de mundo. nada.

finalmente, silla es pájaro carpintero. autor. activista.
 
      no nos sentamos. permanecemos en pie.

                                         
                                               ***

el texto de Òscar Solsona (aka hermano búfalo) dice las cosas como él las ve-siente-piensa. su mirada desnuda las cosas, palpa el reverso, toca la pulpa de fruta bajo la piel del mundo. más que mirada: cuerpo de mudanza, cuerpo de-mudado. más que mirada: dispositivo estratégico deconstructivo, para desplazar, compensar y cuidar. "El concepto no", "Romper la idea de silla", "Sentarse en la madera que vive". finalmente, no nos sentamos; la silla es una actitud, un estado de ánimo: mediación, sedimento, quizá el pliegue más vivo en su devenir mundo, en su enmu(n)decer

Òscar Solsona es pájaro carpintero. sin el concepto de pájaro. él sabe de la superficie del pájaro. para otros la profundidad. él conoce la superficie. la ha mimado todos estos años, en silencio. con delicadeza. con manos orfebres que imagino algo toscas, algo niñas mientras remueve materiales y prepara el regalo. este texto está tejido como un nido. Òscar hace nidos de palabras e imágenes, mima nidos, nace en los nidos. (él mismo es un polluelo de graznido bronco). para velar por la vulnerabilidad central de nuestra existencia. Òscar sabe mundar porque sabe enmu(n)decer. sabe callar como nadie y dejar intactos los silencios, que se abren como gozosos charcos para que los niños hundan en ellos botas infinitamente ávidas. por eso "pensar no". por eso "vivir pensar".

el pájaro carpintero, voz animal, observación, calma. migrar a las cosas mismas, antes de sus designaciones, antes de la firma del ojo que acota.

la celebración, entonces, será el pico tocando madera.

para el nido.

29 comentarios:

  1. me encantan estos textos, se siente el nido y el graznido.
    Cuando leo a Oscar no me provoca otra cosa que hacerme materia prima para sus palabras tejidas,convertirme en madera de árbol que se hace pájaro carpintero, abolir al que lee y permanecer de pie sobre la hoja zigzagueante...
    Gracias Stalker, por traerlo desde lo profundo del bosque
    abrazos para ambos

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  2. Anamaría:

    es así como lo describes... hace mucho que Òscar abandonó la condición humana, y lo hizo al tocar el lenguaje de una forma tan especial, como puede apreciarse aquí... en su animalización progresiva, ha ido desalojando prejuicios y acercándose a cierto nervio vivo, una antedesnudez, umbral a partir del cual sólo podría prometerse el goce de una caricia o un gruñido. Siempre la ternura, la extraña ternura...

    bienvenidas tus huellas siempre, Anamaría...

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  3. muchas gracias, ana, hermano búfalo. lo más bonito que le ocurre a uno cuando está en texto es que siente que es el pájaro quien escribe. se lee claramente que lo escrito es árbol. pájaro no olvida que en árbol nació, árbol mamadera. nunca el picotazo de nuestro pájaro como navaja humana que hiere de forma silábica para perpetuar lo imposible. besos. gracias a los demás también.

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  4. hermano búfalo, me encanta tu bufanda, especialmente cuando la llevas en verano ;)

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  5. Uf, de verdad, ante cosas así sólo puedo permanecer de pie y aprender.

    Óscar realiza una operación de deconstrucción desde la entraña. Se mueve en la diferancia derridiana pero siendo una vida, una vida sin más, desnuda, de frente. Aquí la deconstrucción no es una filosofía ni una metodología de crítica literaria, tampoco un laberinto conceptual, sino sensación y materia. Inmediatamente me viene a la cabeza ese término al que Derrida hizo referencia numerosas ocasiones y sin embargo quizá no se le ha prestado tanto atención como se debiera, y ese término es la hospitalidad. Ese video, esta voz, es la hospitalidad, pero la hospitalidad del pobre: soy pobre, no tengo nada y te ofrezco esta nada.

    El formato que Óscar ha elegido -siento llamarle formato cuando debería llamarle cuerpo, aquí- es el formato que representa esa hospitalidad. La imagen con la silla de primer plano y luego, en el eje del silencio, cuando ya hemos entrado y nos hemos despojado ante la silla y el trabajo del carpintero, llega la irrupción de la voz: materia sobre materia, materia que se sucede tras materia. La voz de Óscar, grave y hospitalaria, rasposa y cálida, va borrando el lenguaje a la vez que lo despliega, los marcas que el pájaro carpintero deja sobre el tronco del árbol.

    Óscar me hace seguir confiando en un lenguaje posible, un lenguaje que no niegue la vida ni siquiera un lenguaje que represente la vida sino que lo sea, de igual forma que hace de la silla experiencia de árbol, contacto y respeto del árbol, la palabra puede ser contacto y respeto de la vida, incluso –o no incluso, sino más aún- en la deconstrucción de la palabra. ¿De verdad a alguien se le ocurrió decir que Derrida es nihilista?, ¿Qué Óscar es nihilista?, yo lo que encuentro es un sí, una capacidad de afecto total y unas manos tendidas.

    P.D. En lo que respecta a mis textos –si es que hay algo que puedo llamar “mis textos”- una de mis ilusiones sería escuchar a Óscar recitar algún poema de la hendidura, despliegue y pliegue en su voz.

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    1. Hola Ana

      he leído y escuchado muchas veces esa calificación aplicada al pensamiento de Derrida, es un cliché, al Derrida persona dudo que nadie se lo aplique en serio, porque basta con ver su aspecto dandi para recibir el impacto de su cuidada presencia. No conozco su pensamiento en profundidad, ni mucho menos, pero creo que la calificación de nihilista viene a cuento de dos cosas: la negación de todo origen, esto es la crisis del fundamento, y la primacía de la escritura con su nada que al desplazarse produce efectos de sentido que se agotan en las propias cadenas de "signos" (todo efectos de superficie, la huella, etc). Espero que alguien con más conocimiento sobre el pensamiento de Derrida señale los errores y explique bien todo esto. Me parece que la crítica a la representación y a la imposición de sentidos unívocos es muy acertada cuando se enfrenta a la práctica del psicoanálisis. Aunque el psicoanálisis con su relato perverso, con su violencia interpretativa, a veces encaja a la perfección con algunas manifestaciones de las conductas humanas, por lo menos en ciertos periodos históricos.

      Al fin y al cabo es cuestión de perspectivas y de convicciones, de comunidades (una interpretación kleiniana del texto de Òscar sería horrible de veras :). Cada comunidad se agrupa al calor de un conjunto de creencias y de rituales, la complicidades dan consistencia al grupo, son coincidencias que conforman un cuerpo social (una superficie de registro). Ésta es la cara positiva que con tanta facilidad se dispersa, ya que depende de una fantasía de consenso o de indicios reconocibles de sensibilidad compartida; un código asumido o una imitación de la imitación de los gestos. El reverso es que se hace grupo denso si a los miembros los une un enemigo común, un otro diferente que encarne sus miedos y delirios. De este modo los grupos se consolidan por oposición, por negación de algo o alguien que conduce al reconocimiento de los suyos. Así siempre estamos registrándonos temporalmente en diversos grupos que corresponden a situaciones cotidianas. Temas sociales, qué sé yo, seguro que leyendo a Gabriel Tarde o a Canetti se aprende mucho más que con estas pobres indicaciones. En fin, circulación de relaciones entre amigos, enemigos, pretendientes, convicciones, verdades... al amparo de los textos.


      Retozan potros,
      juegan cachorros
      y el viejo se recrea.


      Ojalá conquistemos el tiempo (¿nuestro tiempo?). :D

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  6. Ana:

    creo que has elegido justo la palabra adecuada: hospitalidad. La sensación que me producen los textos de Òscar (y el propio Òscar, su animalidad latente) es la de algo que acoge, que deja entrar y deja fluir. Sin imponer obstáculos. Sin el obstáculo, ni tan siquiera, del análisis crítico conceptual (del que descree). Pero hay entraña, cercanía: un tocar-ahí, abajo, donde todo se remueve. Un lenguaje desprovisto de violencia y que tiene en la vida y la lentitud su seña de identidad...

    luego está la voz, la caricia de la voz, los sedimentos que transporta. Da la impresión de que es un río antiguo, que ha atravesado pantanos, riberas arcillosas y también terrenos calcinados, inhóspitos: hay la voz de quien se ha asomado al abismo y ha saltado sin red. La voz de quien sabe lo que es el miedo y ya no teme.

    un signo de la hospitalidad es cómo acoge, en su ritmo, otros ritmos: en los dos primeros párrafos está muy clara la respiración la Chantal Maillard, ese andar cauto, felino, entrecortado pero armonioso. Prosa liberada. Prosa al acecho.

    Òscar nihilista es algo inimaginable, un contrasentido. Quien quiere restituir, compensar y sanar, no puede ser nihilista. Por otra parte, la acusación de nihilismo a Derrida es precipitada y terriblemente injusta: es una etiqueta que impone quien se siente herido, quien quiere defenderse de lo que considera una agresión (la deconstrucción del logocentrismo) a su cultura mental. A veces defendemos, con pulsión animal, el coto intelectual en el que hemos crecido, sin advertir que la subversión de las huellas conocidas dejaría entrar humus, aluviones, agua viva en las estructuras fosilizadas del pensar...

    y un pequeño detalle: es Òscar, no Óscar... yo ya soy incapaz de imaginarme ese nombre con el acento inclinado hacia la derecha...!

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    1. Se me ocurre, a propósito de lo que decís, que tal vez habría que volver a la distinción nietzscheana entre nihilismo activo y pasivo. Sin que esto afecte en nada al texto de Òscar, por supuesto, sino a lo que decís acerca de Derrida.
      "El nihilismo pasivo se contenta con: no hay verdad en sí; esto quiere decir para él: no hay verdad en absoluto. El nihilismo activo, en cambio, se pone en marcha para determinar la verdad en su esencia desde el lugar desde donde todo recibe su determinabilidad y su determinación. El nihilismo activo reconoce a la verdad como una forma de la voluntad de poder y como un valor de rango determinado. Si, además, la voluntad de poder se experimenta explícitamente como el fundamento de la posibilidad de la verdad, si se comprende y configura a la verdad como una función de la voluntad de poder (como justicia), entonces el nihilismo extremo, en cuanto activo, se transforma en el nihilismo clásico. Pero puesto que el nihilismo activo ya conoce y reconoce a la voluntad de poder como carácter fundamental del ente, para él el nihilismo no es una mera «contemplación» (n. 24), el mero no del juicio, sino el no de la acción: «se pone manos a la obra»; «se destruye». No sólo se contempla que algo es nulo, se lo elimina, se lo derriba y se crea un espacio libre." (Heidegger)
      Hay algo de esa actitud destructiva, propia del nihilismo activo, de un nihilismo en movimiento, en su carácter de fase necesaria para "crear un espacio libre", barrer y drenar, mostrar ese espacio vacío, en Derrida y en su pensamiento. En este aspecto tal vez deberíamos desposeer al adjetivo "nihilista" de una carga pre-figuradamente (y tal vez moralmente connotada) "negativa" y acercarnos a su grieta, a sus matices, a la distinta fijación de su luz en la retina...

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    2. Laia:

      una aportación muy interesante, y ojalá estuviera aquí Derrida para poder responder con su característica meticulosidad...

      por lo que he leído, siempre se defendió de la acusación de nihilismo; incluso llegó a decir que la deconstrucción era una afirmación de la vida, una vida múltiple, diseminada, no cartografiable por la tentación de univocidad o la remisión a un Origen... el nihilismo activo puede abrir, como dices, ese espacio de libertad creativa, pero no es seguro que el adjetivo "activo" logre cortocircuitar el lastre de una palabra tan connotada, tan sobredeterminada, tan anegada de sentido como "nihilismo"; parece encauzarla hacia un dinamismo, pero ¿logra desactivar esa carga inherente?

      mi impresión al leer a Derrida es que éste no niega nada. Es más, la negación, como tal, parece darle cierto pudor, como si la considerara una violencia. La deconstrucción, como dispositivo estratégico de conocimiento, como gnosis liberadora, propicia la mudanza, el nomadismo, la fuga de ideas, el pensamiento radical (por la nervadura del pensar, hacia su raíz, abriendo los sentidos acotados, desanestesiando lo que duerme), pero no tengo la sensación de que niegue ni sea destructiva; Derrida toca los textos, los acompaña, los acaricia, imprime en ellos lentos quiebros tectónicos...

      en una especie de danza interminable: la cadena diferida y el arte de deslizarse por la superficie (el texto, el mundo)

      así al menos es como lo veo yo...

      un abrazo

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    3. Leyendo la deconstrucción que hace del Timeo, girando en torno a Khôra, mi impresión es que no se detiene en la lectura paciente que requiere cualquier filósofo interesante. Hace como los "sacerdotes" o los psicoanalistas, se lee a sí mismo allí donde mire (me cuadra bastante con las fotografías que he visto de él). En este ensayo sigue el mismo movimiento que advierte en el texto, o que extrae al reducirlo a unos pocos puntos notables, reproduce la música de su peculiar lectura del Timeo. No sé si lo fuerza en exceso o no lo fuerza lo suficiente. Puede que precisamente no haya leído con paciencia el texto de Derrida y me quede en un efecto especial, o algo así, y además interprete también su música, que caiga en la misma trampa del lenguaje. El influjo derridizador del Timeo derridizado ha llegado a derridizar incluso este comentario, si se puede decir así.

      Pienso que la etiqueta de "nihilista" también puede ser una forma de decir algo muy llano: "no dice nada, da vueltas y no dice nada" o, en más funcional, "no aporta nada". Con tal juicio, claro está, es difícil estar de acuerdo, pues precisamente ese no-decir en el decir bien puede ser el ejercicio que se propone, la desconstrucción propiamente. ¿Una logomaquia? Tal vez. Ahora que, por lo visto, de cuando en cuando se enfrenta a sus demonios y dice un montón de cosas sobre el logocentrismo y abstracciones similares. Pero se enfrenta de una forma muy extravagante, un poco snob, muy intelectual (puede que sea una impresión equivocada producto de mi lectura superficial o cualquier otra cosa), diametralmente opuesta a desafíos o resistencias como las que proponen, por poner un ejemplo, Isabelle Stengers y gente así.

      Un fragmento anónimo que viene al caso y me ha parecido interesante:

      Derrida desvirtúa la nostalgia platónica por la palabra y la voz y su correspondiente devaluación de la escritura. En nuestra opinión, Platón, como todo metafísico posterior, reacciona contra cualquier absurda tentativa de prescindir de las interacciones y complicidades amnioestéticas envueltas en una palabra viva (un lógos local, encarnado y epistético) que circula entre maestro y discípulo ya que, ciertamente, como repite el padre de la dialéctica, la escritura con sus letras muertas no puede defenderse por sí misma. Algo que muestra su lucidez y su perspicaz idealismo materialista. Ahora comprendemos que las reservas de Platón sobre la escritura apuntaban a la necesidad de mantener vivas las complicidades y hechizos sinneónticos imprescindibles para cualquier paideia y mathesis filosófica digna de ese nombre y, por consiguiente, entrañable y memorable.


      Sigo las huellas de Derrida a ver si me entero de algo...

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    4. Precesión:

      interesante tu aportación, aunque una vez más vuelvo a estar en desacuerdo: Derrida precisamente se concede todo el tiempo del mundo, toda la paciencia del mundo en sus análisis... una sola frase puede ser objeto de una exégesis preciosista, demorada en decenas de páginas... Que se lee a sí mismo allí donde mire, es posible, pero eso podríamos decirlo de todos nosotros, empezando por tus propios comentarios en este blog (y los míos, claro): estamos siempre atrapados en nuestra música, y el acceso al otro, el viaje a la alteridad (sea un rostro o un texto) se revela quizá como una operación tautológica, una "tecnología del yo": es difícil desarraigarnos de nuestro humus vital y migrar realmente hacia el discurso del otro... por eso, sí, quizá Derrida sólo se lee a sí mismo, pero no más de lo que lo hace Deleuze, Heidegger o cualquier pensador con un lenguaje "fuerte"... ¿logomaquia? Tal vez... quizá acariciar la superfice del lenguaje sea ya una manera de conmoverlo, sea ya acceder al fondo de la cuestión...

      "extravagante, snob, intelectual"... lugares comunes que caen por su propio peso después de haber frecuentado al autor en sus libros "importantes"... en particular me llama la atención que la designación "muy intelectual" pueda entenderse como una crítica, o que un pensador deba ser valorado por sus "desafíos" o "resistencias"... por otra parte, Derrida no es ajeno a cierta resistencia, también en el campo político (por ejemplo, en "Espectros de Marx" o "Canallas")

      un saludo

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    5. Disentir con carácteres como el tuyo da gusto, Stalker.

      Tú lo has dicho, exégesis, interpretación, no salir de la representación, Derrida repite el movimiento, estira la anécdota, se entretiene y nos entretiene. Ya sabes lo que pasa en las discusiones, el autismo es inminente si intentamos aislar los polos, pero circulan afectos bajo cualquier pretexto; en este caso, la idea Derrida que para mí tiene rostro, incluso he visto vídeos de la idea en movimiento (una ficción tética, todo el tema del estilo y la pose encarnada).

      Supongo que el autismo expresa la soledad radical de uno para sí. La soledad de los mundos. Sin embargo, eso no impide que los afectos nos desborden. Ese desbordamiento es lo que no encuentro en la idea Derrida, "no me hace ver", me hace "no ver" y creo que en ese sentido hace antifilosofía (lo intentaré con sus obras capitales), rollo Rorty (igual por eso se entendían). No me compromete, por decirlo así, en la curvatura afectiva de un encuentro con el texto (ni siquiera en sus momentos líricos). Debe ser una cuestión singular de antipatías y simpatías (de resonancias entre las tres dimensiones de la experiencia), de afinidades al fin y al cabo.

      ¿Qué te transmite la presencia de Derrida (su pose, su aspecto, etc)? ¿Qué la de Lacan? No sé si la pregunta está fuera de lugar. Puede que te parezca una frivolidad, pero sería como leer a Sokal o a Bunge sin atender a sus fotos respectivas, en cierto modo dicen lo único que podrían decir, desarrollan discursivamente lo que ya expresa su imagen (o al revés, poco importa).

      Te dejo un vídeo musical de Freddie Wadling, "The world is not enough": http://youtu.be/JZA7I9RZPQM ;)

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    6. Por supuesto, mi comentario iba más en la línea de desactivar tendencias maniqueas en la aproximación a la idea de "nihilismo" contemplándolo en su historicidad, o, lo que es lo mismo, releyendo la palabra nihilismo en Nietzsche, en quien no es unívoca (del mismo modo que no puede ser unívoca, por su misma intención-intensión y ramificaciones, una lectura, culquiera que hagamos, de Derrida.) Otra formulación: ni "Derrida es nihilista" (dicho en un sentido clásico, reduccionista, del término) ni "el nihilismo es el mal" me parecen formulaciones válidas ni aceptables. Lo que Nietzsche denominaba "nihilismo activo" vendría a ser más bien un momento en la historia del pensamiento en el cual la devaluación, la crítica, de los grandes tótems de la cultura occidental son necesarios y llevan a una transmutación afirmativa. Por otro lado, el nihilismo "pasivo", en cuanto estatismo y décadance, propiamente es el caballo de batalla de la filosofía nietzscheana.
      Y a todo esto, un trabajo interesantísimo de Derrida sobre Nietzsche y la autobiografía (ya sabéis qué cariño, curiosidad e interés tengo por el "género") puede leerse aquí, absolutamente recomendable si es leído en paralelo a Ecce homo, otro libro bestial e inflamado: http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/nietzsche_nombre_propio.htm

      Buscar el reverso, apreciar la caída y el reflujo de los conceptos, así como su peligrosidad, la peligrosidad también de engullirlos sin rumiarlos... Una tarea posible: curar en ello, en el lenguaje, en su onda. Lo que debe estar haciendo Òscar ahora mismo: descojonarse de esto en su casa. La risa, posible curación en la filosofía también, por qué no:)
      Os abrazo y beso profusamente.

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    7. Perihelio:

      te respondo aquí porque no me aparece la pestaña para responder justo debajo de tu comentario...

      la presencia de Derrida me transmite calma, serenidad, calidez... de hecho, siento hacia el hombre afecto, como si se tratara de un amigo que uno nunca ha llegado a conocer... Lacan en cambio me aleja, lo veo hosco, furibundo e intratable, serio de solemnidad (quizá una falsa impresión incrementada por el hecho de no conocer apenas su obra...)

      gracias por el vídeo!

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    8. Laia:

      gracias por las precisiones... el texto sobre Nietzsche ya lo conocía, pero es una buena ocasión para volver a visitarlo...

      curar en el lenguaje, sanar la carestía y la intemperie...

      Òscar seguro que se ríe, como el gato de Cheshire, desapareciendo en un tronco... pero es una risa amable y cómplice

      un abrazo!

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  7. Alucinante texto para voz y taladro. Una operación de tejido y destejido: se abolen la economía de los actos, la usura de los oficios (maderero, carpintero, asesino de árboles), para contemplar la posibilidad del tacto despojado, el encuentro con la silla, la silla que nos encuentra. Ebriedad de lo humilde, como en esas veces en que Tapies - muy de cuando en cuando - da "en el clavo" con algunas de sus obras, pero también lenguaje-animal que se enrosca y desenrosca. El recitado, la voz, aprende de la búfala Chantal pero sabe deshacerse de lo aprendido.

    Estoy realmente contento de participar en este número fabuloso y compartir con vosotros. Un abrazo a todos!

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    1. texto para voz y taladro! Toda una obra contemporánea... y ese dar en el clavo es, en una paradoja sin paradoja, el impulso deseante de restituir la madera al árbol, o de introducir el árbol pasado en la madera presente: reactualización del objeto inerte con la savia del lenguaje desplazado... en la intersección entre silla y árbol, en el instante de la metamorfosis, el ojo del pájaro sobrevuela...

      más que en el recitado, la influencia bufalesca la veo en la sintaxis, en el ritmo del texto escrito, y en ciertos giros semánticos

      me alegra verte tan contento, Rubenovich!

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  8. El texto de Òscar, sus textos, actúan siempre como ese pico del pájaro carpintero, en una operación de drenaje interna, con la intención (o sin ella: con el movimiento de) ir hacia la desnudez del texto (de la cosa): ir a la fibra, a la materia con la cual el texto está construido, la cosa misma del decir. ¿Para qué decir? Él mismo creo que responde: "pensar no. vivir pensar. activar eso."
    Es pensamiento en acción, por así decirlo, pensamiento gerundio...
    Lo que dice Stalker acerca de la superficie: la superficie del texto de Òscar respira, el texto respira porque es tacto. El texto toca, nos toca, porque habla desde lo simple, desde la corteza del árbol. Va hacia la corteza porque en la corteza está, descascarillado, el núcleo. La forma anterior, moviéndose.

    Nadando en Kokoro... un abrazo!!

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    1. Laia,

      así lo entiendo, pensamiento gerundio, núcleo descascarillado, la cosa misma del decir. "pensar no. vivir pensar". Y el decir también se convirte en eso, en vivir pensar, alejado de los constructos retóricos que algunos pretenden apuntalar con histriónica gesticulación etnocéntrica. Òscar se caga en todos ellos, escupe en su cráneo, y lo hace con inocencia.

      nadando en Kokoro: ¿superficie o buceo? Hay islas para descansar en la travesía...

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  9. De la silla de Egon Schiele http://hannaosemicz.wordpress.com/2012/04/29/egon-schiele-en-prision/ a las sillas del Cafe Müller de Pina Baush http://www.youtube.com/watch?v=k12DhHUS0fo
    y ahora la silla de Òscar -perdón por la alteración del sentido de la tilde.
    El árbol es uno de los símbolos más universales del hombre, el árbol es la vida y también la emoción, la ramificación de nuestras venas, mi sangre es árbol.Òscar señala la relación del árbol y la silla -la silla proviene del árbol, la silla continiene la sabiduría del árbol-, y ahora que estamos perdiendo el corazón del árbol -cada vez quedan menos árboles y sobre todo cada vez más descontextualizados- la silla puede ser la única posibilidad de que el árbol nos siga hablando, la silla contiene el fantasma del árbol, toda su escucha e incluso cierto temblor.

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    1. dentro de quizá no mucho ver un árbol será casi un milagro... al menos en la franja del Mediterráneo que habitamos, las predicciones ecologistas preveen muy poco árboles dentro de un siglo, si finalmente la temperatura global aumenta entre 3 y 6 grados... y con los árboles se perderá quizá el corazón del árbol, el corazón del mundo...

      http://lostinmarienbad.blogspot.com.es/2011/11/el-arbol-mundo.html

      siempre me ha gustado abandonarme a la ensoñación de cómo sería ser un árbol. En un bosque en las montañas. El tiempo del árbol y sus sensaciones, inimaginables para nosotros...

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  10. disculpas por quitarle el tilde a la O, debe haberse quedado guindada de alguna pestaña

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    1. Anamaría, con tilde o sin ella, tu cariño es el mismo. Magma y plenilunio.

      un abrazo

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  11. waaalaaa... sois muy guap@s. ana, cuenta con mi gorgorito para grabar lo que quieras, of course. siempre supe que la tilde de mi ò es para recordarme que en realidad es un rabillo de boina. y que actúa como pétalo que se brinda a la tierra por la que uno pasó. en fin, no entiendo mucho de nada pero sé que amamos al animal. y os lo agradezco un montón.

    besos,

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  12. ese pájaro cuya cabeza es como una pluma
    que dirije su rabia hacia el centro de la vid
    por saber eso que...anida,

    trataré de ver el ciocanitoare de òscar y también, leer kokoro#2, aunque lentamente, pasando con el dedo sobre la nervadura de cada piel.

    saludos y abrazos a tod@s

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  13. c c Rider...

    concédete toda la lentitud del mundo, ya sabes que el número uno era "la lentitud", y que de-morarse, hacer morada en lo lento, es la condición de posibilidad del fantasma...

    salud!

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  14. construir para que el árbol viva en la silla.

    o hablar para que las cosas vivan en las palabras (¿cómo?)

    romper la idea de silla. sentarse en la madera que vive en la silla que dice árbol.

    romper las ideas. hablar (¿cómo?)

    construir una silla que diga árbol es no decir con palabras-ideas, es hablar con onomatopeyas. lo increíble es que òscar toma el lenguaje de todos, las palabras que todos empleamos pero él hace de ellas onomatopeyas, como cuando un carpintero al hacer una silla hace en realidad un árbol.

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    1. hablar con onomatopeyas: un lenguaje cri-cri, grillitos crujientes en la lengua que no designa grandes abstracciones, sino el roce de élitros: la ternura

      mira qué preciosidad las onomatopeyas japonesas para el sonido que hacen algunos animales:

      Cuervo - kaa kaa

      Gallina - kokekokko

      Ratón - chuu chuu

      Gato - nyaa nyaa

      Caballo - hihiin

      Cerdo - buu buu

      Oveja - mee mee

      Vaca - moo moo

      Perro - wan wan

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    2. y esta última:

      rana o sapo - kero kero

      :)

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Sobre este blog

Este es el pequeño álbum de recortes de la Revista Kokoro, dirigida y editada por Laia López Manrique, Lola Nieto y Antonio Rodríguez [Stalker].